Un trabajo de construcción delicada y resultado maquinal que sin pretensiones nos obliga a repensar el amor, las relaciones y la esencia misma de los modos que nos definen desde la mirada de Julia, de cada Julia, de todas las Julias que espejan todos los rostros que la enfrentan a lo largo de un relato escrito entre café y estrellas, aun cuando las almas se observan y se desean a través de ventanas eléctricas hasta que las vence el sueño. (Del prólogo de Juan Solá).